Se encuentra en una pequeña bahía con playas paradisíacas ubicada a 250 kilómetros al oeste de Río de Janeiro.
La encantadora Paraty es una de las ciudades coloniales más antiguas de Brasil.
También conocida como la “Venezia brasileña”, pues se encuentra a una altura media de 5 metros sobre el nivel del mar y sus calles se ven frecuentemente inundadas, lo que sus vecinos dicen, es una excelente manera de “lavar” la ciudad,
El centro histórico está considerado Patrimonio Histórico Nacional debido a la importancia de su conjunto arquitectónico. A lo largo de sus calles empedradas, por donde está prohibida la circulación de automóviles, se levantan iglesias y casonas coloniales en su mayoría pintadas de blanco y muy bien mantenidas, por lo que al dar un tranquilo paseo por el centro no se puede evitar tener la sensación de que se ha retrocedido varios siglos en el tiempo.
Bañada por dos importantes ríos y sus correspondientes afluentes secundarios, en el entorno natural de Paraty se encuentra una gran variedad de cascadas que forman preciosas piscinas naturales donde disfrutar de un refrescante baño de agua dulce.
En el centro de la ciudad no hay buenas playas pero la bahía de Paraty posee alrededor de 50, a muchas de las cuales sólo es posible llegar por mar en barco. Precisamente esa inaccesibilidad ha hecho que esas playas sean las más bonitas ya que se encuentran en un estado casi salvaje, cercadas por una espesa vegetación, perfectas para recorrer en velero.
Los veleros se encuentran en la Marina Do Farol, que ofrece un servicio de “taxi-boat” desde la marina hasta la ciudad (5 minutos) Esta marina ofrece a sus huéspedes todo tipo de comodidades (Duchas, restaurante, wifi, etc..)
No te puedes perder la cachaça local llamada Gabriela, el aguardiente brasileño con un toque de clavo, canela y jengibre.